Mandy Barnett lleva América en su voz. Verla en directo supone un viaje a los lugares más recónditos de la cultura americana. Nosotros hemos venido a Estados Unidos para vivir experiencias como ésta. Un trayecto que comienza en el country y se pasea por el blues, el rock, el rockabilly o el pop. En las canciones de Mandy se esconden esa ruta musical y una Patsy Cline oculta en una misma voz hipnótica.
Mandy visitó Austin el pasado 16 de enero y no lo dudamos. Nos dijimos: Vayamos en busca de Nashville. La ciudad del country nos enviaba una de sus hijas más brillantes y la aventura prometía.
El One World Theatre era nuestro destino, un cruce de caminos musicales al que se llega por una carretera sinuosa transitada por multitud de géneros legendarios que eclosionan en Mandy Barnett.
Una Ruta por la América de Mandy Barnett
Un viaje vital subyace tras estos viajes musicales que nos disponíamos a gozar en esta expedición. Mandy nació en Tennessee. No podía ser en ningún otro lugar del mundo. Su voz tatuada desde niña por las fascinantes influencias que se encontraba a su alrededor comenzó muy pronto a hacer ruido.
Una adolescente Mandy invocaba a Patsy Cline en el show Always… Patsy Cline y esa voz fascinante construía puentes en el tiempo que no tardaron en llevarla lejos. Los sold out y las críticas eran tan llamativas que Asylum Records la firmó como una apuesta segura para actualizar el country con una cantante versátil en la que fluyen todos los géneros más identificados con América del Norte.
Seymour Stein sabe reconocer el talento juvenil. Con él lograron su primer contrato Madonna, Seal o k.d. lang. Seymour entendió las posibilidades de Mandy Barnett al instante y entre ellos surgió una conexión especial. El proyecto supuso un legado póstumo de Seymour tras haber trabajado con Ernest Tubb, Brenda Lee, Loretta Lynn, Patsy Cline o Kitty Wells.
Tras el tremendo I’ve Got A Right To Cry, su segundo disco, los medios alucinaron con el nuevo rostro de Nashville en 1999.
Desde ese momento comenzó a transitar las carreteras estadounidenses llevando lejos ese Nashville que solo se encuentra en su boca. Ocasionalmente, regresaba a Always…Patsy Cline, el musical donde solo ella es capaz de revivir a la leyenda.
Explorando la América Musical
Tras unos años sin grabar este año nos encontramos con ese sofisticado Strange Conversations, una conversación de Mandy con América, sus raíces, sus ilusiones y su belleza musical.
El 16 de enero comenzaba nuestro viaje paralelo al de Mandy. Ambos buscábamos esa Nashville perdida en el tiempo que pocas voces son capaces de recrear y actualizar. El One World Theater fue la Meca por una noche de ese lugar casi mitológico. Su decoración Kitsch le daba un encanto especial, de experiencia totalmente auténtica.
Quizás para los lugareños sea algo convencional, para Showmoon era simplemente fascinante. Entre el público sobresalían las canas de sus asistentes. Me impactó. En Europa un encuentro con Nashville sería un evento trendy, en Austin nuestra presencia suponía una transgresión generacional.
Cerrar los ojos y viajar a Nashville, ese era el regalo que encerraba aquella fascinante y surrealista velada. Todos sentados ante esta gran voz viajábamos por carreteras secundarias evitando autopistas mainstream y dándonos el gusto de detener el tiempo en gasolineras con aroma a campo.
Una Noche para el Recuerdo
Por delante nuestro desfilaban jazz, blues, rock, rockabilly y country unidos de la mano en torno a la voz de Mandy. Detrás de ella siempre asoma Patsy Cline. Aunque, en el One World Theatre también hubo tiempo para guiños a Willie Nelson y por supuesto un repaso exquisito a su nuevo Strange Conversations.
Temas como Cowboys Work parecen sacados de una pradera tejana pero en Mandy Barnett son solo una parada más en su viaje por América. All night es otra de la joyas ocultas en ese Strange Conversations que nos dejó con el pasaporte listo para sellar con dirección hacia Tennessee.
My World Keeps Slipping Away es una bonita metáfora de nuestras vidas. Escapando hacia un lugar llamado futuro que sea lo más apacible seguro. Y en esa ruta siempre existirá una Mandy Barnett poniendo la banda sonora a experiencias únicas.
Crazy o Stupid Cupid son algunas de las canciones que Mandy no roba a Patsy sino que se las toma prestadas para rescatar el inconfundible aroma de la nostalgia. Muchos de los presentes es posible que vieran a Patsy en directo con ese halo de desventuras y talento sinfín que siempre la acompañó. Por ese motivo, podría parecer un paseo por el pasado.
Transgresión Generacional
Pero en nuestro caso se trata de un viaje indeterminado a un lugar atemporal. La buena música no tiene edad y a pesar de que en el One World Theatre nuestra generación olvidó de ella, Showmoon la representó para reivindicar esa transgresión generacional. Una noche así es difícil de olvidar.
Me imagino que en sus múltiples giras europeas se encuentre con el típico público heterodoxo tan común en Europa, donde pululan hipsters, nostálgicos, pin-ups o rockers. Pero ninguno de ellos podría imaginar lo fascinante que es disfrutar de Mandy en su ruta por América, un país cuyo mapa musical brota de su infinita voz.
Viaja con ella en busca de su Nashville, el lugar más brillante y fascinante que jamás hallarás. Bienvenido a El Dorado musical. La búsqueda ha terminado.
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