Nadie sabe aún lo que se esconce tras la hipnótica mirada de Nico. Fue musa de Warhol, del punk y la New Wave e icono de la moda y el cine. Su nihilismo la condujo a una autodestrucción envuelta en vacío existencial, sexo y drogas. Ella misma resumía su vida en una frase: He estado en lo más alto y en lo más bajo y ambos lugares están vacíos. Todo un canto contracultural. El embrujo de la diva alemana mantiene intacto su encanto irresistible. Te descubrimos las luces y las sombras de un misterio hecho mujer.
La vida de Nico comienza en medio de la bruma de la leyenda, tal y como sucederá con el resto de su existencia. No existe fecha definitiva sobre su nacimiento pero parece que llega al mundo un 16 de octubre de 1938 en Colonia. Su familia proviene de un linaje cervecero que aún perdura: los Paffgen. No obstante, su padre es ferroviario y le obligan a alistarse en el ejército nazi a comienzos de la II Guerrra Mundial.
La niña se muda junto a su madre y su tía, Helma Wolff, a un suburbio de Berlín para escapar de los bombardeos aliados. Antes de finalizar la contienda, internan a su padre en un psiquiátrico tras recibir un impacto de bala en la cabeza que trastorna su mente. Morirá en aquel antro fruto del darwinismo social nazi. La ofensiva aliada sitia Berlín y las penalidades de este suceso marcan la vida de la pequeña Nico que aún es conocida como Christa Paffgen.
En el sector estadounidense de Berlín sobrevive a una dura posguerra. La mente de Christa se pliega en su interior. No tenía amigos. Iba a todos sitios por sí misma. Paseaba por el centro de Berlín mirando los escaparates sin poder entrar, recuerda en una entrevista su tía Helma, a la que Christa considera una segunda madre. En aquellos momentos es costurera tras abandonar la escuela a los 13 años.
No tarda en cambiar de oficio para trabajar en KaDeWe, el Harrods alemán. Tras el mostrador de la sección de lencería llama la atención con su belleza de cristal y leche, como la define Helma. Se convierte en un icono de la moda en Berlín de la mano de Herbert Tobias. Él trabaja como fotógrafo de Heinz Oestergaard, un modisto de la capital alemana.
En ese momento vive una de sus peores experiencias. Durante un trabajo eventual en una base militar americana un sargento la viola a pesar de sus 15 años. Christa acude como testigo al consejo de guerra formado para juzgar la violación. La secuencia le deja una huella profunda que algún día plasmará en sus canciones.
Con 16 años Herbert la lleva consigo a París. Allí conoce a Coco Chanel que le ofrece una suculenta oferta como modelo. Para entonces ya es conocida como Nico, rebautizada por Herbert Tobias en honor a Nikos Papatakis, marido de la musa de la Nouvelle Vague, Anouk Aimée, y amante de Nico.
Trabaja para revistas como Vogue, Elle o Tempo. También, se convierte en el rostro de Terry promocionando las bondades del brandy español. A pesar de su éxito, Nico se cansa de la superficialidad de la moda y busca nuevos horizontes artísticos. Deja plantados a Chanel y a Herbert. Decide viajar a NYC para estudiar interpretación en la escuela de Lee Strasberg donde coincide con Marylin Monroe.
A finales de los 50 participa en películas como La Tempestá o For The First Time con Mario Lanza. En 1959, se encuentra en Roma cuando unos amigos la invitan al set de La Dolce Vita, donde trabaja la mujer de su amante, Anouk Aimée.
Fellini se siente fascinado y le da un papel fugaz, apenas un cruce de palabras con el gran Marcello Mastroiani, interpretándose a si misma, a esa Nico que comienza a ser una mujer en busca de su talento.
Vive a mitad de camino entre París y Nueva York, donde firma con la Ford Modelling Agency. En una encuentra la bohemia y en la otra la inspiración artística y las tendencias más avant-garde. Se adentra en la era dorada del cine europeo e italiano actuando en Un hombre llamado Rocca, que protagoniza Jean Paul Belmondo.
Sigue posando pero con propósitos más elevados como sucede con la portada del disco del jazzman Bill Evans en 1962.
1963 es un año clave en su vida, que se había convertido en un vodevil de fiestas y caras famosas. Convertida en it-girl, el vacío que experimenta le encamina hacia la música. Debuta como solista en el Blue Angel Club de Nueva York donde canta My Funny Valentine ante un minúsculo aforo ávido de música alternativa.
De regreso a París seduce a Gainsbourg y bajo las sábanas nace la canción principal de la película Strip-Tease de Jacques Poitrenaud, que ella misma protagoniza. La versión no saldrá a la luz hasta 2001. Serge Gainsbourg se decanta por la interpretación de Juliette Greco, también amante suya.
En una noche de desenfreno con Alain Delon se queda embarazada. El embarazo y nacimiento de Ari Paffgen se desarrolla en medio de una turbulenta disputa entre Nico y Alain Delon, que niega rotundamente su paternidad. Para incendiar aún más la disputa surge un supuesto sirviente de nombre Jean Marie Betancourt, que confiesa haber engañado a Nico por su parecido razonable con el actor y asume ser el padre de la criatura.
De todos modos, la historia le huele a chamusquina a la madre de Delon, Edith Boulogne, y decide adoptar al recién nacido. Nico continúa con un tren de vida incompatible con la maternidad aunque acusa a Edith de secuestradora de niños. Alain Delon no volvería a hablar con su madre en 17 años.
Mientras Ari descubre la vida a través de su abuela, Nico se pasea por Londres del brazo de Brian Jones, el creador de los Rolling Stones. Con el músico comparte sexo, viajes de ácido y buena música. Es 1965 y comienza una relación de ida y vuelta. La mente liberal de ambos concuerda con una era del amor sin compromiso y del Carpe Diem más radical.
Brian le presenta a Andrew Long Oldham, productor y creador del sello Inmediate Records. Ve un gran potencial en la diva y la invita a Nueva York. Ese verano conoce a Bob Dylan por medio del actor Ben Carruthers. Ambos coquetean y él le regala It keeps it with mine, una canción que ya había compuesto para otra de sus conquistas, Judy Collins.
En Inmediate trabaja como productor y músico de estudio Jimmy Page que ya había decorado con sus arreglos temas de los Kinks, los Who, Them o Marianne Fatihfull. En el primer EP de Nico – con I’m not saying como single y The last mile como cara B – toca una seis cuerdas acompañando a Brian Jones que se decanta por una doce cuerdas formando un tándem demoledor.
De vuelta a Londres una fiesta´le cambia la vida en uno de esos breves instantes que justifican una existencia, la hacen virar y retorcerse hasta darle una forma inesperada. Andy Warhol se prepara para visitar Londres en compañía de Gerard Malanga, Edie Sedgwick y Chuck Wein con motivo de la inauguración de una exposición en la Sonnabend Gallery.
Malanga se pierde en la noche londinense y se cruza con Brian Jones y Nico. La alemana le cautiva en una fiesta del poeta Allen Ginsberg. Allí le entrega las llaves del paraíso cultural del Nueva York de los 60: el número de teléfono de la Factory. Nico no se hace de rogar y en su siguiente visita a la ciudad de los rascacielos pulsa el número mágico.
Como solía contar Warhol, el encuentro es electrizante. Nico le llama desde un restaurante mexicano mientras juega con las frutas de una jarra de sangría. Su primera frase le cautiva: Solo me gusta la comida que flota en el vino. Hablan durante horas. A Warhol le fascinan las princesas destronadas por su propia capacidad de autodestrucción.
La invita a entrar en el universo de la Factory desbancando a Edie Sedgwick como su favorita. Su porte europeo y su frío desdén hacia el mundo la convierten en reina del lugar. El cineasta Paul Morrissey convence a Andy para que sea una de las estrellas de sus nuevas películas. A Warhol le entusiasma la experiencia de Nico en La Dolce Vita y la introduce en el elenco de Chelsea Girl. Protagonizará tres películas de la Factory. Con Chelsea Girl llega a Cannes. En la pantalla se la ve con su hijo y su interpretación no pasa desapercibida.
Nico encuentra un hogar en medio de aquel desmadre creativo y se desboca en el consumo de alucinógenos y demás sustancias oficiales del lugar. Andy suele perderse en el Café Bizarre en busca de la vanguardia sonora de la ciudad. Le llama la atención una banda oscura, a contracorriente, pero con una poesía única y un sonido hipnótico.
A Warhol no le flipa Lou Reed como cantante pero le entusiasma como suena. A pesar de ciertas reticencias de Lou, Andy se convierte en su manager y les promete moverles por la ciudad. A cambio les exige introducir la voz de Nico en sus temas. Lou Reed detesta la voz metálica de la alemana y trata de hacerle el vacío pero no importa.
En enero del 66, Warhol graba un ensayo de la banda que formará el film The Velvet Underground and Nico: A Symphony of Sound. Surge entonces una manera diferente de entender la escenografía con el show The Exploding Plastic Heritage, creado por el propio Warhol.
Mientras, Nico se deja caer por el Chelsea Hotel neoyorquino. A veces, en compañía de Brian Jones, otras para dormir con Dylan o con Hendrix y siempre para romperle el corazón a Leonard Cohen. El poeta canadiense se enamora de un amor imposible a la que le reconoce cierta influencia en su música.
Warhol y Nico son inseparables. El artista no pierde oportunidad para promocionar a la Velvet, en todo tipo de eventos. No obstante, las tensiones entre Lou y Nico se intensifican dentro y fuera de la cama. Lou Reed no soporta su ritual previo a cada concierto: Quemar una vela aromática y tomar algún aditivo. Sí, Nico queda genial en fotos en blanco y negro de alto contraste, pero estoy harto de tanto teatro. Le dice Lou a Warhol tras un concierto en el Ballon Farm.
Reed pretende ridiculizar a Nico imitando su voz y obligándola a grabar su voz sobre una maqueta de la banda. De esa discusión nace Sunday Morning. Esta exasperación llega al culmen cuando Nico le espeta a Lou Reed tras una sensual noche: Se acabó. No quiero volver a follar con judíos.
Tras grabar el icónico disco de la Velvet Underground en 1967 la situación se tensa. En un concierto de la banda, Nico y Warhol llegan tarde. Lou le impide subir al escenario. Una vez finalizado, Lou Reed y Andy Warhol discuten. El poeta, colérico, le coge por el cuello de la camisa pidiendo su dimisión como manager. Warhol acepta a regañadientes a cambio de un 25% de los futuros royalties del disco. Nunca recibirá ni un centavo de esos royalties.
El disco marca un antes y un después en la escena underground. En sus primeros cinco años de vida solo vende 30000 copias pero como diría Brian Eno: Cada uno de esos 30000 tipos montó una banda. Y quizás sea verdad puesto que inspira a artistas como Patti Smith, el propio Brian Eno, Morrissey, Siouxie and the Banshees o a Ian Curtis, el mítico cantante de Joy Division. David Bowie acude como un grouppie más a diversos conciertos de la banda y visiona el sonido y la puesta en escena que quiere crear.
No obstante, para Nico, la vida comienza después de la Velvet. Se aleja del ambiente de la Factory y se acerca al Chelsea Hotel al amparo del clan de Bob Dylan. Por aquel entonces se encuentra enfrentado a la Factory y recoge con los brazos abiertos a todos los renegados de Warhol.
Dylan, Tim Buckley, Jackson Brownie o incluso Lou Reed la ayudan en su primer disco en solitario, el Chelsea Girl de 1967. Aunque, es John Cale quien más se involucra. Ella no queda muy conforme con sus arreglos de flauta que saturan unas canciones oscuras con un encanto especial y una fría sensibilidad.
Nico comienza a tocar en la Sala Dom de Nueva York ante minúsculas audiencias mientras su disco no termina de llegar a un publico mayoritario. John Cale comparte con ella jornadas de sexo y música, pero Nico sigue teniendo en mente a Brian Jones, con quien brilla en el mítico festival de Monterrey. Ambos se curan las heridas, sobre todo el Stone tras su traumática ruptura con Anita Pallemberg, que le había dejado por su compañero Keith Richards.
Será la última vez que le vea. Unos meses después, Brian amplía el trágico club de los 27 muriendo ahogado en su piscina. Nico pretende participar en el concierto homenaje de los Stones celebrado al día siguiente de su muerte en Hyde Park pero su avión no llega a tiempo.
Regresa a Estados Unidos donde su amigo Danny Fields, el publicista que le ayudó a firmar con Elektra y del cual Netflix ha estrenado un reportaje muy interesante, la lleva a California. Ambos se han conocido en la Factory y él la adora: Ella era una definitiva diva nórdica que le llevaba a ser física, espiritual e intelectualmente superior.
En su visita a Los Ángeles le presenta al líder de la banda clave del momento. Cuenta Danny que en el instante de conocerse Jim Morrison y Nico no se dicen nada durante horas. Danny rompe el hielo con cantidades ingentes de marihuana y ácido pero no parece surtir efecto. Se va a dormir y cuando despierta se encuentra con Jim saltando desnudo en el tejado y a Nico en el jardín, también desnuda, llorando desconsolada.
Tras no permitirle conducir, Jim le acusa de secuestrarle y advierte a Elektra de que no quiere volver a verle. Nico se queda. Su corazón al fin se deshiela y se queda prendada del aura de poeta maldito de Morrison. Pasan dos meses juntos. Viajan al desierto para ponerse de peyote y discutir sobre poesía, filosofía y drogas. Se cortan la palma de las manos para mezclar su sangre. De vuelta a Los Ángeles se tiñe el pelo de rojo para encajar en el canon de belleza irlandés que tanto le fascina al cantante de los Doors.
Le pide matrimonio pero Jim se cae de la silla de la risa en medio de uno de sus antológicos pedos. Discusiones y drogas conforman una rutina destructiva. Ella le presenta a Andy Warhol en la Factory en medio de un viaje de ácido muy bien retratado en la película de Oliver Stone sobre la banda californiana. Warhol le ofrece un teléfono de oro para hablar con Dios.
De vuelta a California, en otra de sus sesiones de peyote en pleno desierto, Jim la convence de escribir poesía y crear sus canciones. En ese momento se convierte en cantautora. Poco después las drogas nublan el amor y Morrison decide regresar con Pam Courson, su novia más o menos oficial a cuyos brazos siempre termina volviendo de sus aventuras amorosas.
Nico se queda devastada y promete no renunciar a su pelo rojo hasta que Jim muera. Se refugia en John Cale y en su siguiente disco que verá la luz en 1969. En Marble Index aparece por primera vez el harmonium, un piano muy presente en el folk centroeuropeo que será la seña de identidad de Nico. Regresa fugazmente a Londres.
En una fiesta John Cale le presenta a David Bowie y a otro tipo de 21 años del que todo el mundo habla. Se trata de Iggy Pop. Su banda, The Stooges, ha grabado su primer disco en Nueva York con John Cale como productor. Nico e Iggy comienzan una tórrida relación y la alemana le enseña los secretos del sexo oral, como confesaría Iggy décadas después.
Juntos protagonizan la extraña película experimental Evening of light, dirigida por Françoise De Meril, donde la tensión entre Cale e Iggy Pop aumenta cada día de rodaje. Los celos son siempre malos compañeros de viaje.
Comienza la década de los 70 con uno de sus discos más recordados, Dessertshore. Nico se muda a París en otra escala de ese pasaje nómada que es su vida. En la ciudad de la luz una noticia le hace entrar en una profunda depresión. Su amado Jim Morrison aparece muerto en el baño de su suite parisina.
Compra todos los periódicos que halla en su camino y se encierra en casa. Decide teñirse el pelo de negro en señal de luto, un color que la acompañará casi hasta su muerte.
En París, Nico se empapa del entono bohemio de la ciudad y cae en brazos del cineasta Philippe Garrel, con el que graba siete películas. Él la introduce en la heroína de la que se convierte en una devota. El director francés instaura el género Heroin Chic.
Películas como La Cuna de Cristal en la que otra diva del underground como Anita Pallenberg se inyecta un pico real ante la cámara fundamentan este tipo de cine. Nico, siempre buscando hacer de la vida real el arte más radical. Cineasta y actriz graban escenas imaginarias durante horas en la azotea de la Ópera de París bajo un manto de estrellas y el aroma de la heroína.
No abandona la música. Acompañada de su inseparable Harmonium actúa en Amsterdam y Londres como telonera de Pink Floyd y en la célebre Bataclán de París se produce un esperado reencuentro con todos sus compañeros de la Velvet capitaneados por Lou Reed.
En 1974 lanza su mejor disco,The End, donde explora lo mejor de su sonido y su fascinante universo personal de la mano de Brian Eno, John Cale y Kevin Ayers. A partir de 1975 sus adicciones le alejan de la creatividad, se vuelve más irascible y solitaria en un descenso a los infiernos de la droga al tiempo que Island Records saca de su catálogo todos sus discos.
Finales de los 70. Actúa junto a Tangerine Dream en un concierto en la catedral de Reims que pasa a la historia de la música francesa. Los organizadores venden más entradas de las que permite el aforo. La iglesia abarrotada no ofrece espacio para moverse a un público con ganas de acción. Hay peleas, pogos y parte del público orina en el interior del recinto.
A pesar de esta polémica sigue en la vanguardia de la música para muchos integrantes de la New Wave. Con alguno de ellos coincide en el mítico Canet Rock Festival celebrado en 1978 en la bella Canet de Mar. Blondie, Kevin Ayers y Ultravox eran los cabeza de cartel de aquella edición. También participa en el festival la banda barcelonesa de rock experimental Neuronium, con quienes viaja a Barcelona para participar en la grabación de su disco Vuelo Químico ese mismo 1978.
Los 80 comienzan con una Nico tratando de recuperar su carrera musical. Ya ha logrado su propósito de abandonar su belleza, como narra James Young en su libro. Él se convierte en su teclista en aquellos tiempos y la acompaña en sus giras con su banda Fraction. Estaba orgullosa de que sus dientes se pudrieran, de su piel consumida y de su pelo gris. Era su manera de ser antiestética.
El fotógrafo Antoine Giaconomi se prenda de ella tras posar para él en una sesión de fotos. Antoine le presenta al bajista Philippe Quilichini que se convierte en el productor de su Drama of Exile, un disco con unos toques orientales que ofrecen un punto de misterio y exotismo fascinantes. Tras grabar Luul junto al alemán Lutz Ulbrich, que pasa a ser parte de su elenco artístico, gira por Europa, Japón y Australia. Young recuerda en su libro: Era la reina de las chicas malas. No sabes el olor que había en la furgoneta cuando quemaba la heroína en una cuchara. En Calais amenaza a su manager con un cuchillo. Sus músicos la definen como una yonki de mediana edad.
Su magnetismo sigue vigente para quienes la rodean. Patti Smith le compra un Harmonium tras un robo de material previo a una actuación conjunta en París. Su amistad influye mutuamente su música. Poco después regresa a Nueva York con John Cole y Ulbrich para actuar en un homenaje a ella misma en el legendario CBGB.
John Lydon de los Sex Pistols, Siouxie, Dave Vanian, de The Dammed o los Bauhaus confiesan su admiración por ella antes de una gira por Estados Unidos con sold out en las doce ciudades en las que actúa. Actuaciones como su directo en el Futurama Fest del 82 acentúan su influencia. Esta nueva escena la considera pionera del sonido goth.
Pero la vida de Nico siempre tiene dos caras. Su adicción le lleva a estados mentales alterados e introduce a su propio hijo en la heroína con unas consecuencias funestas para ambos. Tras una sobredosis de Ari, llega puesta a la UVI para visitarle. Hay quien dice que graba el sonido de las máquinas que le mantienen con vida para usarlo en sus nuevas canciones.
En ocasiones, Ari llega a casa con un regalo especial para su madre. Mientras ella duerme, calienta la cuchara y prepara la jeringa con la dosis precisa. Le susurra: Mamá, mamá. Sígueme, tengo un regalito para ti. Ella sonríe feliz mientras introduce la jeringa en su deformado tobillo. No le quedan venas disponibles en ninguna otra parte.
En 1986 sale al mercado Behind The Iron Curtain grabado en directo en Europa del Este. Ese mismo año, Nico comienza un tratamiento con metadona y paulatinamente deja la heroína, lo cual la vuelve a unir a su hijo. A mediados de los 80 vive entre París y Manchester, donde evoluciona una escena musical clave para entender la música europea. Reside en las afueras de la industriosa ciudad, en el barrio de Prestford. También, pasa unos meses entre las sábanas con el poeta punk John Cooper Clarke en Brixton pero regresa a París.
Mantiene una relación tensa con Alemania, su país de nacimiento. Sus recuerdos infantiles de la caída de Berlín pesan demasiado. Precisamente en esa ciudad participa en un multitudinario concierto tributo a Andreas Baader, líder del movimiento izquierdista Red Army Faction. En plena actuación Nico entona el himno alemán haciendo hincapié en un verso omitido desde 1945 por sus implicaciones nacionalistas. El escándalo que se forma la vincula con ciertas corrientes derechistas sin que lo niegue con firmeza.
En Francia, Serge Gaingsbourg consigue unir a Ari con Alain Delon por primera vez. El actor se muestra amistoso con el chico, ya muy adicto al jaco. Delon le dice: Somos amigos. Amigos, no familia. No nos parecemos en nada. La frase además de ser una falsedad es un arma arrojadiza contra Ari.
Nico llega a Madrid muy depauperada para ofrecer un concierto ante un público con ganas de ver a un ídolo caído el 8 de abril de 1987. Su aspecto preocupa pero sigue ofreciendo unos conciertos intimistas llenos de magia con una versión melancólica de The End al piano como highlight. Al diario El País le confiesa que no teme a la muerte y que en otra vida fue el jefe mongol Kubla Kan. Ese año muere su antiguo mentor Andy Warhol sin que haya trascendido ninguna palabra de Nico sobre el suceso.
En 1988 graba Your Kisses Burn junto a Marc Almond sin saber que sería su última grabación de estudio. Su última aparición en directo sucede en la sala berlinesa Pandemonium el 6 de junio. Poco después, parte hacia el lugar donde más a gusto se encuentra: Ibiza. A esas vacaciones no le acompaña la heroína. En cambio está arropada por su hijo Ari con el que ha vuelto a unir lazos tras vivir una relación enfermiza. En una de sus últimas frases aparecidas en la prensa resume su vida y el verdadero significado de la fama: He estado en lo más alto y en lo más bajo. Y los dos sitios están vacíos.
Una radiante mañana de julio decide dar una vuelta en bicicleta para conseguir marihuana. Se despide de Ari y enfila la carretera. En el trayecto sufre un desmayo, se cree que un infarto. Un amable taxista la recoge sin reconocer a la antigua musa de Warhol. Cuando llega al hospital de Cannes Nisto tiene problemas para ser atendida. España en los 80 mira con recelo a los yonkis.
Después de varias horas de espera se le diagnostica una simple insolación y regresa a casa con Ari. Durante la noche Nico sufre un derrame cerebral que termina con su vida. Una existencia vivida al extremo, sin temor a las consecuencias de su estilo de vida. Su muerte fue su última reverencia a la auto-destrucción.
La noticia la confirma su agente en París, Alan Wise. El mundo musical y cultural se conmociona. Es incinerada y llevada junto a su madre Margaret Paffgen, al cementerio berlinés de Grunewald. Allí se reúnen sus amigos más cercanos. Suena un casette con su voz de contralto en temas como Mutterwald de su discazo Dessertshore. No es el último adiós a la diva. A lo largo de los años diferentes homenajes se han producido para recordar su legado.
Ari sigue con su vida de fotógrafo pero convertido en un yonki. En 2001 publica un libro sobre su vida y la de su madre llamado L’ Amour N’ Oublie Jamais, escrito entre entrada y salida de hospitales psiquiátricos y clínicas de rehabilitación. Vive en París tratando de recomponer una vida lastrada por el jaco.
En 2016 Patti Smith y su hija Jesse Paris componen Killer Road para su colectivo South Walk Collective. En ella hablan de la tarde ibicenca en la que murió Nico. Un año después, la directora Susana Nichiarelli filma Nico. 1988, un biopic sobre los últimos años de la diva con Tryne Dynholm como protagonista. Músicos de la talla de Shannon Hoon, icono de los 90 con su banda Blind Melon, bautizan a sus hijas como Nico en un guiño a la musa del underground.
Nico supone un ejemplo de como la belleza atrapa a mentes brillantes en el cliché. Su propia destrucción física y mental se convirtió en un ataque a esos convencionalismos que no le permitieron liberar su talento. No obstante, siempre será un icono para los amantes de lo alternativo, del talento salvaje sin ataduras. Las luces y sombras de Nico nunca borrarán su rostro.
*A la memoria de mi padre y de nuestra Nico.
1 comments
erwin van vlierberghe
16 de octubre de 2019 at 02:20 02Wed, 16 Oct 2019 02:20:14 +000014.The name is Andrew Loog Oldham instead of Long Oldham. Small typo in an otherwise interesting and excellent article.
Kind regards, Erwin