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Yayo Herrero, el camino alternativo del cine

Yayo Herrero, el camino alternativo del cine

Yayo Herrero pertenece a otra estirpe de cine. Para este director asturiano se hace camino al rodar. Sus primera película, Maus, recoge todas las virtudes de sus premiados cortos y se ha paseado por diversos festivales del mundo. Cine comprometido con el cine y el espectador, que no esquiva el debate sino que lo fomenta. De su visita al Fantastica Fest de Austin se fue con una mención bajo el brazo y el deseo de regresar a esta ciudad. Hablamos con él para entender la magia de su cine.

Maus, el primer largo

Yayo nació en Asturias pero su madurez cinematográfica la obtuvo residiendo en Madrid, en la ECAM. Desde 2010 ha ido generando un estilo narrativo y visual único a través de su trilogía de cortometrajes donde analiza las luces y las sombras de la sociedad actual. Historias íntimas que fluyen desde temas globales aunque Yayo las crea sin ser consciente de ello. Me cuesta mucho psicoanalizar mi trabajo pero me gusta contar historias de los tiempos que vivimos.

Sus inquietudes van más allá de escribir y filmar sus propias obras. En Dynamite Films, su productora, pretende dar oportunidades a historias que no encuentran su espacio en el difícil mercado del cine español. Su debut como cineasta le llevó a Sarajevo para crear el corto Picnic. Maus es su hermana mayor y desarrolla un escenario en el que las heridas de la vieja Europa se vuelven de espeluznante carne y hueso. Son cicatrices de las que nadie habla, como las define Yayo.

Fotograma de Maus

Esa propuesta de buen cine se ha visto recompensada por la presencia del director asturiano en festivales como Sitges o Fantastica en Austin con Maus y previamente en los Goya o en Cannes a través de sus cortos. Experiencias únicas para Yayo, que prefiere no decantarse por ninguno. Cada festival es una experiencia vital, no podría decidirme por uno u otro. Siempre te dejan buen sabor de boca porque el hecho de que el público pueda ver tu trabajo es siempre un premio.

Festivales, aliados del otro cine

Su experiencia internacional le permite establecer paralelismos entre la manera de sentir el cine en los festivales de Estados Unidos y Europa: Los americanos no buscan tanto la experimentación como en Europa. América está siempre con un pie en la industria. Aunque, lo maravilloso de cualquier tipo de festival, desde el más grande al más pequeño, es que se ama el cine de verdad .

Sin la promoción de un gran estudio los festivales se convierten en el único aliado de este cine alternativoYayo es veterano en estas lides pero no tiene ninguna receta para triunfar en ellos. No hay reglas. Al final todo es subjetivo, todo depende de los gustos del comité.

Yayo y una claqueta. Foto: Diario de un cineasta

A los múltiples premios cosechados en su carrera se sumó en octubre pasado una Mención Especial del Jurado en el Fantastica Fest de Austin, una ciudad que le cautivó. Me encantó su filosofía. Pondría una cámara en cualquier lugar.

La reacción de público texano ha sido según el cineasta: Dividida, es una película hecha para el debate y hay gente que la ama y gente que la odia. Eso hace el que el cine esté vivo. Tras el festival recorrió Texas y Nueva Orleans viviendo aventuras inolvidables.

Lejos de las llanuras texanas se ambienta su última película. Maus cautiva por lo que se intuye tras ella. La violencia en Europa es algo que viene de muy atrás. Es una espiral que no tiene fin y justo de eso habla la película.

El film no evade temas controvertidos como la islamofobia y deja un poso de pesimismo con respecto al futuro del continente. Europa se dirige hacia una parálisis total, advierte Yayo.

Yayo en el Fantastica Fest de Austin el pasado octubre

El arduo camino de la producción

El director asturiano no ha acusado la dificultad del paso del corto al largo, tal y como él mismo desvela: Muchos me decían que la diferencia era grande, para mí no ha habido ninguna, con una excepción: el guión del largo cuesta muchísimo más. También conceptos vinculados a la producción son más complicados en un largometraje porque tienes que buscar más alianzas. El problema surge cuando estas alianzas no son las adecuadas.

El cine habla muchos lenguajes y el de Yayo tiene el acento de cineastas como Roman Polanski, Michael Haneke, Bela Tarr y cualquier película del cine americano de los 70. Un cine que se escapa del escaparate comercial convencional y que en España lo tiene difícil.

Una pregunta muy obvia pero siempre necesaria surca nuestra amena conversación. ¿Es posible hacer cine en España? Depende de qué tipo de cine que hagas. La auto-producción es la única salida habitualmente: El modelo productivo que más me atrae es cualquiera que me permita hacer la película que yo quiero.

Cartel de Maus, primer largo de Yayo

No obstante, Yayo es un valiente que desde su productora Dynamite Films apuesta por un cine distinto. La aventura de producir es para el cineasta: Estimulante, porque si escribes y produces tienes la iniciativa. La parte más complicada de cualquier producción siempre es la financiación, algo que desde Dynamite se afanan en lograr a pesar de las dificultades: El punto de inicio es el de siempre. Buscar inversión privada y presentarte a convocatorias de fondos para el cine.

Conciliar ambición artística y economía es lo más difícil, según Yayo: Si eres Christopher Nolan no, pero si quieres hacer el cine de Bela Tarr entonces es más complicado. Por ello, el objetivo de su productora es: Contar historias en películas de género que hablen de los tiempos que vivimos.

Alguna de sus historias son narradas en formato corto. A pesar de ser los grandes olvidados por las salas del cine y por el público en general, Yayo tiene claro que: Con una voluntad política – cultural podrían llegar a los cines y fomentar su consumo. Son un género en sí mismo que todo el mundo debería disfrutar.

Una pasión que debería incluir Picnic, The Acrobat o Safari, que analiza la matanza de Columbine desde un punto de vista revelador.

Maus, un nuevo camino

Este largo camino por los senderos del cine le ha llevado hasta Maus. Una obra hipnótica capaz de convertir un thriller en una alegoría de las yagas de la vieja Europa. En ella se ve reflejada Picnic, su primer corto rodado en un bosque a imagen y semejanza de Maus y del libro Gorazde de Joe Sacco: Cuando lo leí me dio muy mal rollo, me dije: esto me está dando más miedo que el cine de terror actual. El rodaje de Picnic le valio para conocer Sarajevo y observar a un pueblo deseando mirar solo hacia delante.

Maus

Para su primer largo ha contado con actores como August Wittgenstein, Alma Terzic y Ella Jazz. A pesar de hablar diferentes idiomas les ha unido el más universal, el lenguaje del cine. Cuando tienes ganas de contar una historia todos nos entendemos.

Su paso por Estados Unidos le ha hecho vivir muchas aventuras. Si tengo que escoger una de este viaje, es dar de comer a los cocodrilos en Nueva Orleans. Aunque su mayor sorpresa se la llevó en el festival austiniano ya que Yayo no esperaba lograr una mención del jurado: En el cine lo mejor es no esperar nada a cambio. Las películas se hacen porque tú lo quieres.

En 2018 seguirá haciendo lo que mejor sabe hacer, contar historias que nadie se atreve a contar. No importará el tamaño de la sala o el festival donde se proyecten sus futuras joyas sino que haya un público que ame el cine.

Los hermanos Herrero en su aventura americana
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