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Historias de terror en Madrid para contar en Halloween

Historias de terror en Madrid para contar en Halloween

Halloween es la noche donde los espíritus campan a sus anchas y los vivos cuentan sus historias del más allá. Madrid tiene muchos relatos de terror vividos por madrileños que se encontraron con lo inesperado. Leyendas perfectas para noches como la de Halloween. Relatos que, reales o ficticios, sirven para conocernos mejor a nosotros mismos. En estas historias siempre se encierra un concepto de justicia, de pudo ser y no fue, que sobrevive a la muerte. Por eso nos fascinan tanto. Las almas en pena no regresan por pura diversión sino para vengar afrentas morales que en un tiempo fueron tan sobradas que bien merecen perturbar el descanso de los vivos.

Elena, Raimundita, el fantasma de la Joy… Seguro que has oído hablar de los fantasmas estrella de la ciudad, pero existen muchos otros casos extraños en Madrid que bien merecen un relato. Haz tu sortilegio esta noche de Halloween, apaga la luz y lee este recorrido por los relatos terroríficos del Madrid más espectral.

Poltergeist vallecano

Vallecas – 1992

Caso Vallecas

No. Verónica de Paco Plaza no tiene nada que ver con esta historia. La famosa película no supera en terror a la realidad del Caso Vallecas ni mucho menos. El caso real transcurre, como toda leyenda de fantasmas, entre la la fantasía y la realidad. Una realidad siempre complicada en un barrio obrero como Vallecas. En la calle Luis Marín residía la familia de Estefanía. Era una familia trabajadora compuesta por un padre currante, una madre ama de casa, tres hijos y un abuelo un poco cabrón.

En 1991 el abuelo muere entre dolores agudos y amenazas de regresar algún día. Poco después, Estefanía juega una ouija en los baños del Colegio Aragón con otras amigas que buscan desesperadamente ponerse en contacto con el novio, fallecido recientemente en accidente de moto, de una de ellas. La ouija es interrumpida por una profesora que tumba el vaso, del que sale un humo negro que se introduce por la garganta de una aterrorizada Estefanía. La niña sufre a partir de ese momento fiebres y terribles visiones de hombres sin rostro en la soledad de su habitación. Le pedían que les acompañaran.

Halloween

 

La situación se tensa aún más con ataques de ira, epilepsias agudas y comportamientos extraños de la niña que terminó muriendo en el Hospital Gregorio Marañón tras entrar en coma después de un ataque epiléptico del que no despertó.

Al año siguiente, su familia le erigió un altar en casa. Algo cambió en ese momento. En el pasillo unas cosas viscosas comenzaron a colgar del techo, la foto de Estefanía ardía sin dejar marca en la pared, las cruces se giraban y decenas de cuchillos volaban en dirección a los ocupantes de la casa en noches llenas de ruidos y lamentos del más allá.

La situación fue a más y la familia no tuvo más remedio que llamar a la policía tras un ataque de un ser invisible que les arrojaba cuchillos afilados. La policía acudió rauda y una vez dentro otra lluvia de objetos, babas y maleficios les hizo desenfundar sus armas como bien corroboró el informe policial presentado por el inspector José Pedro Negri. Un informa que parece sacado de cualquier relato de terror que te cuenten durante esta noche de Halloween.

Halloween

La historia llegó a la prensa y traumatizó a toda una generación aunque no de la misma manera que a la pobre familia de Estefanía que siguió viviendo en su casa maldita. No tenían pelas para mudarse y soportaron los sucesos hasta que fueron remitiendo levemente, sobre todo después de 1996 cuando exhumaron el cuerpo de la niña.

La duda de si se trata de una realidad inventada siempre ha planeado sobre el caso y más después de que en 2017, tras el estreno de la película, los hermanos de Estefanía desdijeran las versiones de sus padres y de la policía. Nunca sabremos si Estefanía provocó algún suceso en aquella casa humilde de Vallecas pero estamos seguros de que es la historia más terrorífica que te pueden contar en una noche de brujas y fantasmas como esta.

Una calle sangrienta

Calle Antonio Grilo – De 1776 a 1964

Madrid

¿Existen las casualidades? Muchos piensan que no pero igualmente se estremecen cuando recorren la Calle Antonio Grilo. En este lugar cerca del Mercado de los Montenses la historia se escribe con sangre. No existen relatos de fantasmas que contar sino espantosos crímenes que atemorizan más que cualquier espectro de Halloween.

La leyenda de la Calle Antonio Grilo comienza mucho antes del highlight que la ha hecho famosa. En el siglo XVIII un matrimonio y su hija encuentran allí el cadaver de Diego, un labriego que se encontraba boca abajo en medio de un charco de sangre que emanaba de una punzada en su corazón. Las pesquisas policiales no tardaron en dar con el culpable. Se trataba de un cura enamorado.

Este sacerdote se había prendado de una joven costurera que le cosía la sotana. El curilla estaba desesperado por ablandar el corazón de la chica e incluso la rondaba con serenatas nocturnas. Diego fue testigo de una de ellas, ante la cual le increpó. El religioso se quedó con su cara y le acuchilló de noche. Fue condenado a muerte pero Carlos III le perdonó la pena capital dejando este crimen sin testigo.

Halloween

Buen debut para una calle como esta. En 1861, un nuevo cadaver apareció en Antonio Grilo. Era Carlota Pereira. Esta joven tenía un amante, lo cual motivó a su enajenado marido a contratar a un sicario para terminar con su vida durante una noche que paseaba justo en esta desdichada calle.

Aunque, no fue hasta el siglo XX cuando se convirtió en la calle con más crímenes de la ciudad. Todos ellos cometidos en la llamaba Casa de los locos. En 1945, un hombre de oficio camisero fue encontrado muerto aferrado a un mechón de pelo del tipo que le robó y terminó con su vida. En tiempos anteriores al ADN o el CSI se convirtió en un crimen sin resolver.

19 años más tarde, comenzó la relación del edificio de Antonio Grilo, 3 con los parricidios. Pilar Agustín estaba angustiada con su bebé, no por que llorara o le impidiera dormir. El estigma de ser madre soltera en aquella era represiva con las mujeres le había nublado el juicio a Pilar hasta tal punto de estrangular a su hijo y reposar su cadaver en un cajón de su cómoda, donde lo encontró espantada su hermana. Era un buen preludio para el llamado Crimen del sastre.

Halloween

La ruina derivada por la compra de un chalet provocó la locura de un sastre de 44 años en 1962. Acuciado por las deudas, José María Ruiz Martínez chifló y se le metió en la cabeza que el mundo venidero no debía ser vivido por su familia. Recorrió su casa con un martillo con el que mató a su mujer, luego degolló a su bebé de dos años para terminar asesinando a sus hijos de 14, 12, 10 y 5 años con una barra y una pistola. La sangre y el olor a muerte impregnaban la vivienda cuando salió al balcón con los cuerpos mutilados de sus hijos pequeños al grito de: ¡Los he matado!, ¡aquí están! La tensión y el terror se agolpaban en la calle llena de madrileños acojonados ante el show que estaban viendo.

La policía no tardó en llegar para atender los requerimientos del sastre que solicitaba a viva voz la presencia de un cura carmelita. El sacerdote y el sastre hablaron desde la ventana antes de que el parricida se suicidara y cerrara una historia espeluznante ideal para contar en la noche oscura de Halloween.

Halloween

 

Años después se descubrieron en las entrañas del número 9 de la calle una cantidad ingente de restos de fetos de bebé que evidenciaban la presencia de una clínica abortista ilegal en tiempos del franquismo sita en esta calle. ¿Te atreves a pasear por ella esta noche?

La niña de papá

Museo de Antropología – Calle Alfonso XII – Siglo XIX

Madrid

La locura también fue protagonista de la siguiente historia. El reputado Doctor Velasco lo tenía todo. Durante el siglo XIX había contribuido notablemente al desarrollo de la ciencia anatómica en España y era un liberal con muchos contactos en el gobierno y las élites políticas y financieras. Era un tipo respetado y bien conectado. Disfrutada de una lujosa residencia en el centro de Madrid donde instalaría el Museo Antropológico de Madrid que aún sigue en este rincón de la ciudad. Pocos podían imaginar en aquel Madrid decimonónico que el doctor sería el protagonista de una de las historias de terror que más atemorizan a los madrileños en Halloween.

El afamado doctor tenía una debilidad: su hija Conchita. La niña era una criatura risueña y talentosa que disfrutaba tocando el piano y viviendo despreocupada con sus padres en aquella mansión de la calle Alfonso XII. Pero su salud era quebradiza. Con 12 años ya sabía lo que era padecer una dura enfermedad. Las fiebres tifoideas llevaban unos años inquietando a la niña y a sus padres. Desesperado por recuperar la salud de la pequeña Conchita, el doctor Velasco consultó con su colega, el doctor Benavente, padre del genial Jacinto, acerca de un remedio para su hija.

El doctor le aconsejó un tratamiento conservador del que Velasco hizo caso omiso. En su lugar le administró un poderoso laxante para bajarle la fiebre. La niña murió poco después. El doctor se encerró en su mansión con el cuerpo lleno de culpa y dolor. No se le ocurrió otra cosa que disecar a su hija con la depurada técnica que le había llevado a ser una celebridad en la materia.

Halloween

Amigos y desconocidos que coincidieron con el doctor durante los días previos al entierro le describen como un alma en pena aferrado al cuerpo de su hija que finalmente fue enterrada en el cementerio de San Isidro. Nada fue igual después de la tragedia. El doctor se obsesionó de tal manera con Concha que se rodeó de objetos, pinturas y vestidos de la niña. Tocaba durante horas trágicas canciones infantiles que un buen día habían sido las favoritas de su hija. Una noche, quizás tan tenebrosa como esta noche de Halloween, se dirigió al cementerio para desenterrar el cuerpo incorrupto de la niña.

Cuando abrió el ataúd se quedó petrificado al contemplar los rizos impolutos de su hija y esa sonrisa en sus labios que tantas veces le había atormentado tras su muerte. No dudó en llevarla a casa. Su técnica de embalsamado provocaba que el cuerpo aún tuviera elasticidad suficiente como para sentarla a la mesa con su esposa ante el pavor de esta y del servicio que comenzó a tener muy mal rollo currando allí.

El cadaver se convirtió en su compañero de rutinas. La vestía con sus mejores vestidos, tocaban el piano juntos e incluso paseaba con ella por la casa mientras jugaba con sus muñecas ante la inerte mirada de un cuerpo sin vida. Las malas lenguas afirman ver al doctor paseando en su carruaje al cadaver vestido de novia en compañía de su prometido, el doctor Teodoro Muñoz Sedeño, por el Retiro. Cosas del siglo XIX. Una niña de 12 años prometida con una persona adulta.

Halloween

El extraño comportamiento del doctor le llevó a la ruina. A la pérdida de prestigio le acompañó la huida espantada de sus clientes y el descenso progresivo de sus privilegios en la ciudad. Además, ciertos acontecimientos políticos terminaron de cavar su tumba social. Su mujer harta de vivir aquella espantosa situación fue convenciendo a su marido para que dejase descansar aquel cuerpo sin vida que no paraba de pasear por Madrid.

Tras el cierre de su Sociedad Anatómica, finalmente accedió a enterrar a su hija. Poco después moría en 1882. El cuerpo de Conchita tardaría en descansar definitivamente puesto que una riada producida en el cementerio décadas después de su segundo enterramiento la devolvió a la superficie. Se cree, o eso dice la leyenda, que su momia se encuentra en las dependencias de la Universidad de Medicina de la Complu. Pero quien sabe, quizás su articulado cuerpo sin vida se pasee por Madrid en otra noche terrorífica de Halloween.

Un obispo ardiente

Calle Ayala, 124 – Años 30

Halloween

Un clásico de Halloween son los espíritus errantes que han dejado un pecado por purgar en su vida en la tierra. Algo parecido dicen que sucedió en este extraño lugar de la Calle Ayala. El número 124 fue construido a principios del siglo XX y mantiene la rareza de su estética que nos recuerda a la casa de El Exorcista. Cuatro plantas que durante los años 30 servían, como muchos de los edificios colindantes, de sede de los prostíbulos más demandados de Madrid.

Uno de sus clientes asiduos era un obispo que perdía allí la bolsa y su promesa de privarse de los placeres de la carne. Una buena noche subió a una de aquellas habitaciones con dos profesionales del amor. En pleno éxtasis le visitó la parca. Las chicas asustadas por la magnitud del marrón de tener muerto y erecto al obispo en su local lo abandonaron en la calle. Durante años la historia no pasó de ser una más dentro de los pasajes picantes de la ciudad.

Madrid

Durante los años 80, el edificio se reformó para acoger viviendas. Los nuevos vecinos no le vieron la gracia al asunto. Comenzaron a sentir presencias que ya se manifestaron en las obras de reconstrucción de las viviendas al activarse sin sentido sensores de movimiento. Una vez habitado, los vecinos comenzaron a denunciar sentirse acosados por espectros y peligrosos fenómenos poltergeist.

Muchos son los que decían ver al obispo paseándose con su corte de pecados e incluso hubo quien vio a las dos chicas que estaban en su presencia cuando falleció. Poco a poco el edificio se fue vaciando ante el pánico que provocaban estos extraños sucesos. Aún a día de hoy la casa del pecado donde disfrutaba el obispo sigue en pie acogiendo nuevos vecinos que al parecer viven ajenos a esta historia digna del Halloween más espeluznante.

Halloween

El sueño eterno

Convento de Santo Domingo – Plaza de Santo Domingo – 1478

A veces la línea entre la vida y la muerte es tan difusa que parecen formar parte de una misma cosa. Es una de las máximas de Halloween. En 1478, Madrid iba a ser testigo de ello. María de Cárdenas vivía su vida en compañía de su marido en un palacete ya desparecido a finales del siglo XIX en la Plaza de Santo Domingo.

La salud de María era delicada y ni siquiera la posición de su marido, un bisnieto del infante Juan de Castilla, parecía poder encontrar una solución a su mal. De vez en cuando, María le daba un buen susto cayendo presa de un sueño que se presumía eterno.

Madrid

No tenía aliento ni pulso y nada parecía hacerla despertar hasta que súbitamente regresaba a la vida. Vamos, lo que se conoce como catalepsia. Un mal que en el siglo XV nadie entendía pero sí que era conocido. Por ese motivo, en algunos cementerios enterraban a la gente con un acceso a una campana que se pudiera tocar desde el interior. De ahí viene lo de Salvados por la campana, que diría Zack Morris.

El churri de María había visitado a los médicos de la corte que le ofrecieron un remedio para devolver a su amada a la vida. Y funcionaba. Un buen día, sus negocios le llevaron lejos de la capital. Antes de irse habló con todos los sirvientes del palacio y les comentó la enfermedad de su mujer y su antídoto. Una noche sucedió lo inevitable. Los sirvientes le aplicaron el remedio pero ni por esas María despertaba.

Halloween

Tras corroborar su muerte la enterraron en la cripta familiar en el Convento de Santo Domingo. Durante la noche, gritos y golpes perturbaban a las monjas del convento. Los macabros sonidos se repitieron durante días haciendo que las monjas hicieran vigilias rezando para que el demonio se alejase de su hogar. Terminaron por dormir en el huerto del convento por temor a los demonios.

Tres días después, los ruidos cesaron y al cabo de tres meses, el marido de María regresó de su viaje. Insistió en ver el cuerpo de su amada y despedirse. En la cripta se dieron cuenta de que el ataúd estaba entreabierto y la mano de María se vislumbraba ante la tibia luz de una antorcha. Aterrorizado vio la mortaja de su mujer echa jirones, arañazos en la tapa y una expresión de horror en la cara de María que nunca pudo olvidar. Tampoco Madrid.

Sus gritos han seguido siendo escuchados a lo largo de los siglos. Acércate, antes del toque de queda, para comprobar si en el silencio de la noche de Halloween, María sigue clamando por su liberación.

Halloween

El fantasma sin cabeza

Iglesia de San Ginés – Calle Arenal, 13 – 1353

A veces estar en el sitio inadecuado en el momento inadecuado te puede llevar a perder la cabeza. Un madrileño pudo comprobarlo en la Iglesia de San Ginés, en la Calle Arenal. Este templo es uno de los más antiguos de Madrid y a pesar de su excelente ubicación poco conocen la macabra historia que oculta. El año 1353 no era una época en la que pasear tranquilo por Madrid ni siquiera rezar en una iglesia.

Halloween

Unos chorizos se encontraban desvalijando la iglesia durante aquel año. Arrasaban con todo. Y lo hacían con tanta devoción por el pillaje que no se enteraron de que un feligrés anciano se encontraba rezando en uno de los bancos. Al verle allí no dudaron en cortarle la cabeza de un tajo para no dejar rastro del delito. Al día siguiente se encontró el cadaver sin cabeza de aquel pobre hombre y comenzaron a recorrer la ciudad los relatos de que un espíritu sin cabeza se dedicaba a perseguir a todo bicho viviente que se atreviera a entrar en el templo.

Las autoridades se lo tomaron como una demanda de justicia proveniente del más allá, así que se pusieron las pilas para dar con los causantes de la espectral presencia. No tardaron en dar con ellos. El rey les condenó a muerte creyendo que con esa venganza la demanda del espíritu errante quedaba zanjada. Quizás no fue suficiente o el crimen no fue resuelto correctamente. Muchos son los que a día de hoy se han encontrado con la triste figura de un anciano sin cabeza que se pasea por la que un día fue su iglesia. ¿Te atreves a visitarla en plena noche de Halloween?

Halloween

Sanatorio espectral

Sanatorio de la Marina – Desde los años 90

Una de las actividades más molonas y extremas que se pueden hacer en Halloween es visitar un lugar abandonado y encantado. En la Sierra de Guadarrama puedes encontrar diversos centros médicos en ruinas. Se debe a que en los años 40 y 50 se construyeron para mitigar la tuberculosis de pacientes civiles y militares. Entre ellos, destaca el conocido como el Sanatorio de la Marina. Su imponente esqueleto saluda a los valientes que se atreven a atravesar sus puertas.

Madrid

 

En el año 1949 fue inaugurado por el gobierno franquista con todos los lujos y equipamientos punteros de la época a las puertas de la reserva natural de La Barranca. Durante años los militares afectados por tuberculosis encontraban allí el aire puro de la sierra y unos cuidados muy diferentes a las duras realidades sociales de la España de la posguerra.

Cuando la medicina y las condiciones de vida mejoraron y la tuberculosis se erradicó pasó a ser un psiquiátrico. Las malas condiciones en las que se encontraba en ese momento, años 60, no fueron obstáculo para el trasvase y para su nueva denominación, la cual da una mezcla de pavor y asco: Centro Sanitario Santo Ángel de la Guarda para Subnormales Severos y Profundos. Tela.

Halloween

Estuvo en uso hasta 1995 bajo ese repulsivo nombre. Una vez abandonado y saqueado, comenzaron a registrarse sucesos extraños que atrajeron a amantes de lo paranormal, colgados y satanistas. Todos ellos hablaban de presencias extrañas que ocuparon el lugar de los enfermos. Ruidos, luces extrañas, voces, pasos que se desvanecen… pero nada más acojonante que el estruendo proveniente de las escaleras del que todos hablan. Un estruendo que parece venir de una horda bajando por esos escalones.

Para terminar de acojonarte, en sus paredes puedes contemplar todo tipo de graffitis satánicos testigos de rituales diabólicos y de misas negras. Un lugar para pasar una noche de Halloween digna de este año que nos ha quitado el miedo a todo.

Halloween

¡Feliz Halloween! Disfruta de una noche de brujas espeluznante mientras les lees estas historias a tus asustados acompañantes a la luz de una linterna.

+ Historias en Urban Moon

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