Hemos dejado pasar un tiempo tras la finalización del SXSW para escribir un apasionado diario de lo que ha supuesto este mágico festival. Las grandes emociones requieren de tiempo para procesarlas adecuadamente. Y es que durante diez días hemos experimentado frío intenso, calor, buen rollo, el reencuentro de grandes estrellas con su público, el surgimiento de talentos emergentes y nostalgia. Aunque, también nos hemos paseado por el futuro de la tecnología, el cine o el sonido mientras se proyectaban por toda la ciudad las películas y series de las que todo el mundo hablará en 2023.
Austin ha sido el crisol de la cultura alternativa y de los actores implicados en un cambio positivo en el mundo. En definitica de todo lo que mola. Vamos a condensar todo eso en este vibrante diario.
Viajes inesperados
Pocas veces un festival te permite reencontrarte con el ayer con tanta intensidad como lo ha hecho este SXSW. Es parte de su magia. Un cartel con 2000 bandas permite que cada asistente forme su propio cabeza de cartel y que convivan leyendas con estrellas emergentes y artistas desconocidos para el gran público. Todo tiene un significado especial e individual. Mi trayecto comienza con un concierto memorable del gran Robby Krieger, el guitarrista de The Doors. El repertorio de la banda angelina abre la mente de cualquiera que les preste atención y por ese motivo, es justo comenzar aquí este relato.
Krieger apareció en Austin apoyando una bella causa; la de recaudar fondos para la educación musical de jóvenes desfavorecidos. Llegó acompañado de un puñado de músicos de la escena jam angelina y de su hijo haciendo de Jim Morrison. La noche ardía con notas de talento, experiencia, los 60 y muchas historias que contar. De repente, Dennis Quaid tomó la voz cantante y cumplió el sueño de todos, el de ser Morrison por un instante y en ese momento, la espera por ver al último Doors en activo valió la pena. Inspiraciones, canciones y tardes tratando de arreglar el mundo se dieron la mano en nuestra mente para abrir los ojos y ver al viejo Krieger ser un maestro de ceremonias ideal para arrancar nuestro SXSW de ensueño.
Los 60 nunca mueren
Lo comprobamos con Robby Krieger. Los ideales, la estética y los sonidos de los 60 son inmortales. Con el fondo de los rascacielos del Downtown de Austin y con un cielo azul inmaculado, los Zombies se encontraron con nosotros. Las canciones fundacionales de los 60 como Time of the season o She’s not there sonaron en nuestros corazones con la misma intensidad y frescura de cuando fueron compuestas. Los años no pasan en balde por los creadores pero sus temas no envejecen, se revitalizan. Lo comprobamos una tarde de viernes en esa ciudad que acunó muchos de los sueños perdidos de la década más soñadora.
Otro de los iconos de aquella era visitó Austin para probar su vigencia. En el Hotel Vegas, donde se mezcla la audiencia más urbana y alternativa, no cabía nadie más. Chupas de cuero, crestas y gente cool se agolpaba para ver a la banda cuya mezcla de tropicalismo y psicodelia cambió el sonido de los 60 para siempre e impresiónó a músicos de todas las épocas, incluyendo a Kurt Cobain. Os Mutantes sigue sonando tan contundente y fascinante como en los tiempos en los que Sergio Dias y Caetano Veloso surcaban el mundo con sus canciones. Sergio ya no tiene la movilidad de antaño. Espera paciente y juguetón en una silla a que las notas se desboquen en su guitarra. Sus sonidos juegan con nosotros e incluso con su banda y nos deja un pedazo de su corazón en una velada para el recuerdo.
Viajes al futuro
El ayer y el mañana convivieron en Austin. Durante el Interactive Festival pudimos encontrarnos con el futuro de la tecnología, la música, el sonido, el cine o la televisión. Muchas instalaciones, charlas, exposiciones y presentaciones increíbles competían por llenar nuestros ojos y nuestra mente de las bondades de un futuro utópico. Porsche llamó mucho la atención con su espectacular instalación en la que amortizaba la nueva película de Transformers exhibiendo diferentes transformers y coches icónicos de la marca. De noche, servían de decorado de amenas fiestas con deliciosos cócteles y conciertos tan inesperados como el de Big Boi, la mitad del mítico dúo OutKast.
Una inmersión en el futuro del sonido se podría disfrutar en la exposición de Dolby. También disfrutamos enormemente sumergiéndonos en las experiencias inmersivas de Roku y Paramount+ y en el increíble Hotel Prime donde pudimos acercarnos al universo de series tan increíbles como Daisy Jones & The Six, The Boys o Swarm. Asimismo, disfrutamos de la fiesta VIP de los Yellowjackets donde pudimos introducirnos en su peligroso campamento en compañía de los actores reales de la serie. En esta edición ha quedado latente que las experiencias inmersivas y el VR han llegado para quedarse. Un nuevo mundo se dio cita en Austin y estuvimos allí para experimentarlo. Aunque, también pudimos ver que las experiencias callejeras siguen siendo mágicas. Así lo pudimos experimentar en el Museo del Graffiti, que durante unos días rindió homenaje a 50 años de cultura Hip Hop. Su exposición de grandes iconos y pioneros del arte urbano, sus cócteles y los raperos que se subieron al escenaro representando su cultura nos brindaron una de las noches más especiales de este SXSW.
Mitos y leyendas en el SXSW
Lunes frío en Austin. Clima y día de la semana propicios para la nostalgia. El Austin City Limits Theatre, que tantos mitos ha visto pasar, está a rebosar. Manchester visita Austin y su amable alcalde nos indica las semejanzas y nexos entre ambas ciudades y sus culturas musicales. Deja paso al punk electrizante de Loose Articles y al pop sofisticado y melancólica de The Orielles. Finalmente, nos encontramos con la leyenda. New Order aparece con música de los Strokes, visuales imponentes y un juego de luces increíble. No pasan ni dos minutos y estamos enganchados a lo que sucede en el escenario. Maravillados también por la vigencia y la modernidad que muestran esos señores que llevan más de 40 años transformando e influenciando la música de todas las partes del mundo. New Order en concierto es una comunión celestial con un público de diferentes generaciones y prodecencias a través de canciones generacionales que nos unen a todos.
Una homilía que se siente especial, única, encarnada en New Order que nos va robando el corazón hasta que inevitablemente nos empezamos a decir adiós con su mítico Blue Monday. En los bises regresa otra banda. Joy Division hace acto de presencia, con Ian en los visuales, en nuestros corazones, en los suyos. Aquellas canciones tan tristes, tan necesarias, tan cojonudas de Ian van calando los huesos de todos los presentes. Con Love Will Tear Us Apart se nos va una parte de nuestra alma. Aunque, el concierto se quedará en nuestra mente por el resto de nuestras vidas.
De Ucrania con amor
Estamos de acuerdo que su victoria no pareció lo más justo, más teniendo en cuenta la gran actuación de Chanel. Pero no es menos cierto que una vez descubres a Kalush Orchestra en directo tus prejuicios se evaporan. La banda ucraniana, ganadora de Eurovisión, aúna diversión, colorido y ritmos endiablados sobre el escenario. Imposible resisitirse a su combinación de cosas antagónicas pero irresistibles. Los disfraces, la mezcla de ritmos urbanos e instrumentos tradicionales del folklore ucraniano, sus bailes y el carisma de su cantante provocan que te quedes con ganas de más. Una mezcla extraña de elementos sonoros y una presencia escénica única hacen de Kalush Orchestra uno de los momentos álgidos, e inesperados, del festival.
Electrónica de satén
La noche que nos quedamos alucinados con Kalush Orchestra se cerró con Tangerine Dream. El pionero alemán de la Electrónica sigue en forma y sus sintes suenan tan alucinantes ahora como en los 80. Sonidos cósmicos sobre Austin en un directo inolvidable.
Japan Calling
La noche japonesa es siempre una de las noches más esperadas del festival. Entrar en el Elysium, uno de los bares más decadentes y fascinantes de Austin y, quizás, del mundo, supone esa noche entrar en otra dimensión paralela y mucho más divertida. Una vez en el interior del local te codeas con la escena underground nipona. Una oportunidad única para profundizar en lo desconocido y adentrarse en el futuro de la música. De buenas a primeras te encuentras con una diva empoderada que a través del dancehall llama a la rebelión sexual y a la auto-aceptación.
Yayoi Daimon es una especie de Bad Gyal japonesa que arrasa con cualquier convencionalismo social o cultural. Su actuación en el SXSW nos dejó boquiabiertos y alucinados con una futura estrella tan diferente al resto de la escena japonesa. Tras ella, nos encontramos con la futurista Chameleon Lime Whoopiepie. Su Kimono, su pelo naranja, sus gafas del siglo XXII y sus guitarristas con máscaras de mascota robótica nos adentran en un terreno indómito. Música de altos vuelos con tintes punk, garage y poppies. Un sinfín de influencias muy reconocibles que nunca se habían unido pero que una vez juntas suenan rematadamente bien. Así es esta artista y muchas de las bandas japonesas con las que nos encontramos año tras año. Otro buen ejemplo de pop con guitarras desbocadas y referencias exquisitas a los Beatles, al britpop o a los Strokes es Dygl. Esta banda suena increíblemente bien. Músicos sobrios pero elegantes e influencias fascinantes para echar el cierre a una noche japonesa que nos adentró en los confines musicales de Asia.
Ecos de Madrid
El showcase español del SXSW es siempre un punto de encuentro con la morriña y con las bandas más interesantes de la música alternativa española. Este año el protagonista de la velada fue Caballo Prieto Azabache, que, junto a Maestro Espada, fueron los cabezas de cartel de The Spanish Wave en el Shangri-La de Austin. El pop canalla de Caballo es electrizante, garagero y define como nadie al Madrid más callejero. El público texano conectó muy bien con la propuesta de la banda madrileña a la que acabó abrazando, literalmente, en una comunión increíble. Y es que la noche de Madrid comparte muchos ruidos afines con la de Austin.
Austin como pantalla de cine
Como cada año, el Festival de Cine y TV del SXSW ha resultado ser el mejor escaparate para el estreno de grandes producciones protagonizadas por las estrellas del momento. El evento cinematográfico clave del festival lo protagonizaron Ben Affleck y Matt Damon al presentar Air, la película que cuenta la historia de las famosas zapatillas. Tetris, era otra de las películas más esperadas por los ochenteros empedernidos y amantes del juego o de las historias de espías. Aunque la película que nos llamó la atención fue el debut como directora de Eva Longoria, a quien tuvimos el placer de escuchar hablar sobre su Flamin’ Hot. Podía parecer una película sobre un intrépido emprendedor más que consigue el sueño americano pero el guión se sumerge en la discrimación latina y la falta de oportunidades a las que se enfrentaron los inmigrantes hispanos durante décadas en Estados Unidos y que ve su reflejo aún a día de hoy. Otro de los momento estelares se produjo durante el encuentro de los fans del cine de terror con Sam Raimi y Bruce Campbell en el esperado estreno del nuevo reboot de la mítica saga, Evil Dead Rise.
En cuanto a series, la hipnótica The Swarm o I am Virgo de Amazon Prime, Ms Jones, de Peacock y The big door prize de Apple TV fueron las que más ruido hicieron durante estos días en Austin.
¡Hola nuevo talento!
El SXSW no sería el South by Southwest sin perderte por los bares de Austin en busca de sonidos y bandas de las que nunca habías oído hablar. Este año ha supuesto una buena cosecha con una variopinta selección de grupos más que interesantes. Uno de los que más nos ha impactado ha sido Pigs, Pigs, Pigs, Pigs, Pigs, Pigs, Pigs. Los británicos lo tienen todo para enganchar a la audiencia: un sonido punk contundente, un frontman loco que conecta con tu yo más rebelde y un puñado de canciones eléctricas y poderosas diseñadas para hacerte saltar.
Menos desquiciados pero con un sonido agresivo y garagero totalmente fascinante son los suecos Tribe Friday. Si buscas reencontrarte con el garage, te recomendamos a los galeses James and the Cold Gun. Pura adrenalina. De Nueva York llegaron los veteranos Sunflower Bean para regar de buen pop Austin mientras bandas más nobeles llegadas de Inglaterra recogían su testigo con mucha clase. Moon Kissed, Heartworms, ALASKAALASKA o Voka Gentle demuestran el poderío de la escena alternativa británica. De ella también ha salido ese torrente de energía pop que es Sports Team. Descaro, carisma y muy buena música en una banda de Cambridge destinada a los puestos altos de las listas.
La bajista
Uno de los eventos más interesantes del SXSW fue el protagonizado por la revista NME y la marca de altavoces Bosé. Con la excusa del lanzamiento de su mixtape C23, juntaron a los protagonistas del casette para presentarnos el nuevo aire fresco que se avecina sobre el pop. Las geniales Michele, Jvke, Flo Milli o 070 Shake fueron parte del reclamo de este showcase fascinante. Allí nos encontramos con una bajista rubia capaz de tocar con guante de satén una versión de Gorillaz para a continuación bajar al barro y surcar el rock más salvaje sin despeinarse. Sin duda, Blu DeTiger ha sido una de las grandes apariciones del festival.
Un festival que como cada año, nos deja momentos inolvidables y la cuenta atrás en marcha para la siguiente edición. ¡Nos vemos en el SXSW 2024!
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